domingo, 13 de noviembre de 2011

11 noviembre 2011: R. TAGORE


Escritor indio, nacido en Calcuta (1861-1941).
De familia noble, acostumbrado a la vida intelectual y espiritual, su orientación literaria estuvo más allá de todo aquello.
Fue marcado, a nivel psicológico y espiritual por la muerte de su cuñada que falleció trágicamente a una edad en flor. Posteriormente también otros dos hechos lo llevaron a ahondar en sus procesos místicos: la muerte de su esposa y dos de sus hijos.

Algunos integrantes de LA ORDEN SECRETA DEL LIBRO se propusieron dar algunas palabras de aliento al escritor. Let's see..

JESÚS GONZÁLEZ:
Tagore, no te sientas mal por lo que ocurre en la vida, porque todo va a pasar.
Triste quedaremos, triste seremos, pero a medida que pasa el tiempo todo va sucediendo...



NICOLÁS PÉREZ:
Cuando el cuervo visitó tu corazón
plantó las semillas de color verde dentro de ti
para dar fruto a la miel de tus palabras.



TOMÁS MUÑOZ:
Tagore, de la lluvia que cayó,
manantiales de letras y palabras
emergieron.
Dulces manantiales calipso
donde el apogeo de las aguas
cubrió tu rostro y te dio el don
de la palabra.



ANA SOTO:
Querido Tagore:
El sentimiento no es eterno. Cuando sientas que el dolor te consume, palabras hermosas inundarán te mente, haciendo desaparecer tardes completas en papeles, cuyos significados son invaluables.
Una pluma y papeles serán tu mayor consuelo. Transmitirán sentimientos que sólo ellos sabían hacer nacer en ti.



SOLEDAD DÍAZ:
Tagore:
Que la muerte de tu esposa e hijos no te afecten, que no te vayan a perjudicar en tu trabajo, que tanto te gusta hacer: escribir.
Que estas muertes te ayuden a ser mejor escritor de lo que ya eras.



MAGDALENA CANOBRA:
Estimado señor Tagore:
Ya me he enterado de la muerte de su esposa y sus dos hijos y debe estar muy dolido.
Mis más sentido pésame. Pero sepa que no debe sentirse triste por mucho tiempo, que gracias a esta experiencia usted tendrá mucho éxito, porque su familia lo motivará a escribir muchas obras y especialmente no olvide la fe... que sin ella jamás podrá recuperarse totalmente, pues no confiará en que ahora están en un lugar mejor.
le espera una gran vida por delante.



NARADA MÉNDEZ:
No hay más que oscuridad en tu ser,
pero yo sé que el sol está ahí.
No debes hacer más que dirigirte...
¿a qué? ¿a qué? al Templo de las Letras.

El tiempo pas sin temor
y eso debes aprovechar...
olvidar la pena y sólo saber...
¿qué? ¿qué? Saber que ellos están más que bien.

Qué tristeza que saber
que poder, que poder para leer
no es sólo leer,
sino saber de lo que lees.
El lector es el que menos sabe.
El lector es el que se entromete,
pero yo sé que tú sabes, de lo que tú hablas...

El diccionario de palabras
sabe sólo lo mecánico.
El diccionario sabe lo real de tu mecánica.



JAVIERA VICENTE:

Lo que queda después de la tristeza
Qué tristeza, qué pena,
tanta gente que se ausenta
tantas lágrimas ya derramadas
tanta compañía añorada.

Enormes momentos de soledad
toda persona en la vida ha de pasar,
cuánto lo lamento, cuánto lo siento
que hayas tenido que pasar por todo aquello.

Sé que esto de mucho no te servirá,
sé que posiblemente no te reconfortará;
pero he de decirte y tú has saber
que nada nunca en vano se fue.

Aquellas pérdidas que sufriste
y todas aquellas que temiste,
no fueron parta nada;
toda alma ha de estar esperanzada.

Por lo menos con esto te inspiraste
y arte puro exhalaste,
pues manera más bella no hay que en la que te expresaste
y así de esta manera honraste.

Honraste a aquellas almas pérdidas,
aquellas que se fueron,
y otras tristes y apenadas esperanzaste,
cosas tan bellas hiciste, dijiste y escribiste;
tienes alma de guerrero.

Puedes estar triste pero de cierta manera no te compadezco,
todos pasan por momentos tristes, malos momentos
pero nada es en vano y siempre queda algo bueno.